Dejar de comer carne de vaca como solución al cambio climático

Granja de vacas

No existe la fórmula milagrosa para solventar el problema de emisión de gases de invernadero, sin embargo, especialistas y entendidos en la materia tratan de dar respuesta a una pregunta que ha suscitado muchos debates a nivel mundial: ¿dejar de comer carne de vaca es realmente una medida definitiva para el cambio climático? La controversia está servida.

Y es que hace tiempo que la carne de res, en concreto la producida en Sudamérica, se presenta como una amenaza, ya que requiere 10 veces más tierra y emite tres veces más cantidad de gases de efecto invernadero que la de Europa, según un estudio de la Universidad de Oxford. Más aún, un aumento en la demanda global de este alimento podría dar como resultado la deforestación de múltiples zonas de América Latina como el Amazonas, donde sería necesaria la desertización de ciertas áreas con la finalidad de convertirlas en campos de cultivo.

Sea como fuere, hay una gran diversidad de opiniones sobre el tema. De hecho, los más avanzados y los magnates de la tecnología ya están desarrollando carne de res a partir de células animales, sin tener que matar, alimentar o criar ni a una sola vaca.

¿CUÁNTO CONTAMINA COMER CARNE DE VACA?

De momento el problema sigue estando vigente. Pongamos un caso práctico: la producción de un kilo de carne, precisa de unos 16.000 litros de agua. Esto, es tres veces la cantidad que requiere la producción de la misma cantidad de carne de pollo o cerdo. Y esto no es todo, además del abuso de recursos naturales, tenemos que añadir el efecto nocivo del metano, gas producido por las vacas que resulta uno de los principales gases de efecto invernadero.

La industria ganadera produce más de un 15% de los gases que causan el calentamiento global, una cifra muy elevada que está destinada a empeorar a medida que aumenta la demanda.

Así, cada vez hay más empresas que proponen y desarrollan alternativas vegetarianas, ya que existen otros alimentos ricos en proteínas y vitaminas que resultan una alternativa más ecológica a la carne de res.

Daniel Mason D´Croz, del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias, declara que, aunque se puede vivir sin carne, culturalmente ésta presenta un rol bastante importante.

Y no solo eso, los ingresos económicos de algunas zonas geográficas dependen en gran medida de la demanda de este alimento. Así, países como Brasil, se encuentran entre los primeros de la lista, tanto como los mayores exportadores del mundo de carne bovina como consumidores férreos junto con otros países de América Latina.

Cambiar nuestros hábitos no resulta fácil, pero combatir el cambio climático es necesario y la dieta y la producción de alimentos están altamente relacionados con el calentamiento global. Así, sería conveniente reducir el consumo de carne de ternera o cordero y comer más vegetales.

Si bien industrias como la minería, la agricultura o la maderera, aceleran el proceso de deforestación destruyendo la superficie de los bosques y generando una gran pérdida de biodiversidad, la ganadería es la que adquiere mayor protagonismo. En nosotros está la posibilidad de frenar esta aceleración del calentamiento del planeta, dirigiendo nuestros hábitos alimenticios hacia una opción más vegetariana. De esta forma, cuidaremos nuestros recursos forestales, que cada vez se hacen más escasos y, al mismo tiempo, dejaremos que los animales tengan una vida y una nutrición más libre y natural.

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En 2016 la Tierra vivió su año más cálido desde que hay registros. Un récord que lejos de celebrarse se debe combatir con esfuerzo y responsabilidad por parte de todos. STOP CAMBIO CLIMÁTICO es un espacio para remover conciencias y ofrecer consejos útiles y fáciles de llevar a cabo para ser respetuosos con el medio ambiente. Toma conciencia de la importancia que tiene cuidar nuestro planeta y nuestros recursos naturales.