Jóvenes voluntarios para luchar contra el cambio climático por un mundo mejor

Jóvenes voluntarios para luchar contra el cambio climático por un mundo mejor

El cambio climático, por desgracia, está de actualidad. A diario, noticias de sus efectos sobre el planeta, copan los titulares de periódicos y medios, que nos advierten de los peligros que sobrevendrán si la situación no se revierte. Iniciativas como Climate Volunteers, permiten concienciar a los más jóvenes sobre la necesidad de cuidar nuestro planeta  y a la vez tener un impacto tanto en países en vías de desarrollo, países de destino de los voluntarios (Costa Rica, Brasil y Colombia), como en los países de origen (España, México, Brasil, Reino Unido y Estados Unidos).El cambio climático ya es un problema capital, problema que nos afecta a todos. Esto es algo que algunas asociaciones e instituciones tienen muy presente, como es el caso del movimiento de liderazgo juvenil AIESEC. La organización, junto a Iberdrola a través de su Fundación, ha desarrollado el programa Climate Volunteers, cuya misión principal es la sensibilización de la sociedad ante este gran reto. ¿Su motor para el cambio? La fuerza de los jóvenes para mejorar el planeta.

Se trata de un proyecto a nivel mundial, en el un grupo de 29 jóvenes de España, Reino Unido, EE.UU., Brasil y México se han embarcado en un programa de voluntariado en proyectos  sociales centrados en el  Objetivo 13  de Acción Climática de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) El fin es realizar acciones sociales necesarias para luchar contra los efectos del cambio climático,   uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas, y pieza fundamental de la Agenda 2030.

Desde Iberdrola enmarcan esta iniciativa en su compromiso “con la lucha contra el cambio climático y en la promoción de una cultura social orientada a la sensibilización sobre la magnitud de este reto”, según Marisa Alvarado, de la Dirección de Políticas Energéticas y Cambio Climático de la empresa.

“Este Proyecto ha dado la oportunidad a jóvenes de diferentes partes del mundo de vivir un experiencia única en proyectos dedicados al ODS 13 de lucha contra el cambio climático en tres países diferentes, contribuyendo además la concienciación de la sociedad que constituye un elemento clave para acelerar la acción también en otros agentes (gobiernos, empresas…). A la vuelta de su viaje pudimos reflexionar con algunos voluntarios  sobre su  experiencia permitiéndonos constatar que durante su estancia se llevaron a cabo acciones muy concretas destacando todos los voluntarios el gran impacto de su colaboración desde el punto de vista de la concienciación medioambiental y en particular en la lucha contra el cambio climático tanto en las comunidades locales, como para ellos a título personal”, añade Alvarado.

Para Iberdrola “la lucha contra el cambio climático es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos, tiene solución y además lograrlo trae oportunidades, pero tenemos que actuar todos, con urgencia y con mucha ambición”.

De la misma opinión se muestran los voluntarios que han participado en el proyecto, entre los que se encuentran varios representantes españoles. A su vuelta, desde Stop Cambio Climático, tuvimos la oportunidad de contar con el testimonio de Anastasia Raynaud, voluntaria y protagonista, que nos ha contado su experiencia.

LA EXPERIENCIA DE ANASTASIA, VOLUNTARIA DE IBERDROLA CLIMATE VOLUNTEERS

Anastasia, procedente de Barcelona y graduada en Derecho, fue voluntaria en Salvador de Bahía, en Brasil. Seis semanas en las que asegura que su experiencia fue genial, ya que además había sido su primera visita a Latinoamérica. “La idea del proyecto es la educación medioambiental; íbamos a un colegio a enseñar a los niños la importancia de cuidar el medioambiente y métodos como el reciclaje”, afirma.

Además, nos relata la intensidad del trabajo en equipo, alegando que gracias a convivir con distintas culturas y verse obligada a coordinar y entender diferentes formas de ver las cosas “se sintió muy capaz y orgullosa de sí misma y de sus compañeros” ya que consiguieron llegar a un consenso y crear unidad a pesar de las diferencias.

Anastasia cuenta que el objetivo del voluntariado era “enseñar a los niños la importancia de cuidar el medioambiente y métodos como el reciclaje”

Estas técnicas que enseñaban a los pequeños estaban dirigidas a que “puedan implementarlo en sus comunidades”, cuenta Raynaud. El equipo de voluntarios estuvo colaborando en una zona pobre, en las favelas, a dos horas en avión de Río de Janeiro. “Ir al trabajo era… En Brasil,  cuando el autobús dice que pasa a una hora, lo hace media después”, relata. Esta primera impresión le llevó a reflexionar sobre cuánto tiempo tarda un niño en ir al colegio. “Fue un shock pensar que el sistema de transportes no es adecuado”.

Raynaud recuerda que “la escuela era muy chiquitita”. En las primeras semanas, y teniendo en cuenta que los niños se encontraban en periodo vacacional, pensaron la manera de inculcar las ideas de sostenibilidad y reciclaje. Se trató de “poner ideas conjuntamente”. Así, dice que se preocuparon mucho por “el tema del reciclaje”.

EL RECICLAJE EN PAÍSES EN VÍAS DE DESARROLLO

“Es un país que es muy verde, tiene mucha naturaleza, pero la gente tira todo al suelo”. Entonces, Raynaud y el resto del equipo de voluntarios tuvo como prioridad “hacerles entender que no cuesta nada tirar algo en su lugar”. Primero, observaron que los colores de los diferentes cubos cambian, se clasifican de otra manera. El rojo, en su caso, es para el papel y el cartón.

Entonces, para poder ejecutarlo desarrollaron “una manera más activa, con juegos”. Por ejemplo, cuando compraban cosas iban guardando los envases para que después en el colegio los niños y niñas puedan elegir en qué cubo debe ir cada cual. Incluso hicieron “ropa de carnaval con cosas recicladas, como bolsas de basura”. ¿El objetivo? Comprender que esos productos pueden tener una segunda oportunidad.

Para Raynaud, hay que tener en cuenta que “el medioambiente no es una preocupación para la gente que está en situación de extrema pobreza”. El problema de ellos es que “están luchando cada día para poder comer”. Para ella, si un niño tira a un papel al suelo es “porque nadie le ha dicho antes que no lo tenía que hacer”.

Anastasia, se ha llevado consigo un aprendizaje irreversible: el cambio se produce cuando compartimos y transmitimos conocimientos y valores. Más aun, esta experiencia le ha servido, según sus propias declaraciones, para “dar gracias por todos los recursos que tenemos en países como España, y recordar la valía de contar con bienes como la luz y el agua caliente”.

En definitiva, el programa en el que participó Raynaud, confía que sirva para sentar las bases necesarias para que el planeta tenga la oportunidad de un futuro mejor. Anastasia subraya que estaría encantada de formar parte de cualquier otro proyecto gestionado por la fundación Iberdrola España “me encantaría que contaran conmigo de nuevo para cualquiera de sus proyectos que sumen al cambio y a la mejora del planeta”. Y es que, proyectos como este nos recuerdan que la mirada debe estar en fomentar la educación ambiental y la concienciación en la lucha contra el cambio climático.

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En 2016 la Tierra vivió su año más cálido desde que hay registros. Un récord que lejos de celebrarse se debe combatir con esfuerzo y responsabilidad por parte de todos. STOP CAMBIO CLIMÁTICO es un espacio para remover conciencias y ofrecer consejos útiles y fáciles de llevar a cabo para ser respetuosos con el medio ambiente. Toma conciencia de la importancia que tiene cuidar nuestro planeta y nuestros recursos naturales.