¿Qué puedes hacer para evitar la contaminación del mar?

¿Qué puedes hacer para evitar la contaminación del mar?

El incremento de la  producción industrial en las últimas décadas está provocando un mayor deterioro de nuestro planeta y su contaminación. Los mares y los océanos están sufriendo de manera especial la acción humana por el consumo de productos industriales y tecnológicos con daños irreparables a nuestro mayor tesoro natural: el agua.

Cada vez se hace más apremiante la necesidad de implementar medidas, a nivel social y político, que frenen los desechos que se vierten a los sistemas acuáticos porque la situación empieza a ser completamente insostenible.

La contaminación marina y oceánica consiste en la introducción de sustancias contaminantes en el entorno marino de forma directa o indirecta que acaban creando grandes basuras marinas. Esto no es más que el resultado de un sinfín de actividades humanas a las que se suma la mala gestión de los residuos que producimos.

Las culpas deben repartirse entre la industria y las malas conductas a nivel individual. Las compañías deben poner el énfasis en políticas propias para deshacerse de sus residuos y evitar descuidos, como pueden ser la mala praxis en la agricultura o los derrames de vertidos. Pero también, cada una de las personas pueden tomar buenas decisiones a la hora de deshacernos de nuestra basura.

¿Qué consecuencias tiene la contaminación marina?

Son numerosas las consecuencias que tiene la contaminación marina. Hay algunas muy evidentes y cortoplacistas, como son la pérdida de la biodiversidad marina. A día de hoy, se están extinguiendo las especies del mar cinco veces más rápido que las terrestres a causa de la contaminación marina y la modificación o eliminación de sus hábitats.

Es preciso tener en cuenta que las especies ocupan sus lugares determinados en el ecosistema y que cuando los alteramos o perturbamos, la relación que mantienen con su hábitat también se ve afectada. 

Con la contaminación de las aguas de mares, ríos y océanos se está produciendo también un aumento de la temperatura que disminuye el oxígeno. De esta forma, también se ve alterada la proliferación de determinadas especies. Igualmente, el exceso de dióxido de carbono produce una modificación del pH del agua que aumenta su acidez y daña el ecosistema. 

Existe un proceso también, causado por la contaminación, que se produce por la contaminación en el que los nutrientes en el agua se incrementan y, como consecuencia directa, el descontrol del desarrollo de algas y bacterias. Éstas consumen el oxígeno del agua que se vuelve más turbia e impide el paso de la luz del sol. De esta manera, numerosas especies ven amenazada su supervivencia. Este mecanismo se conoce como eutrofización.

Presencia letal de plásticos y microplásticos

La puesta en práctica de las tres “R” del reciclaje es fundamental para que nuestros mares y océanos no sigan sufriendo amenazas. Los plásticos y microplásticos que llegan a las aguas de todo el planeta están poniendo en serio peligro la supervivencia de especies marinas y, en consecuencia, arriesgando el bienestar de las personas. 

La reutilización de los envases, el reciclaje y la reducción del consumo, en particular de productos de plástico, deben ser prioritarias. En la actualidad, se estima que cinco billones de productos de plástico están flotando en las aguas del planeta o sumergidos en las profundidades. Grandes vertederos en nuestros mares que se acumulan y amenazan la fauna, que los confunden con alimento o que quedan atrapados en ellos.

Los plásticos tardan alrededor de 1.000 años en degradarse. Por este motivo, comprar y consumir de un modo sostenible es vital para ello. 

Numerosas marcas certifican que sus productos son sostenibles porque son biodegradables y sostenibles, que han sido obtenidos con prácticas respetuosas con el medio ambiente. 

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierte que los océanos reciben unos 13 millones de toneladas de plástico cada año, el equivalente a descargar un camión de basura en el océano por minuto. Esta cantidad podría crecer hasta los 17,5 millones de toneladas anuales en 2025 si no frenamos los vertidos, tal y como sostiene Jenna R. Jambeck, investigadora de la Universidad de Georgia y una de las mayores expertas en contaminación oceánica por plástico del mundo.

Gestos sencillos que ayudan al planeta

No tirar basuras a las playas ni a los ríos, recoger los residuos que encontramos en la arena y reducir nuestro consumo energético y las emisiones de CO2 son prácticas sencillas que contribuyen a mejorar la calidad de vida de las especies marinas, de nuestras aguas, y en definitiva, de las generaciones presentes y futuras de personas que poblarán un planeta más limpio y saludable.  

  • Evita los plásticos de un solo uso como las pajitas, los platos o los cubiertos desechables.
  • Lleva bolsa de tela o carrito si vas a la compra.
  • Tira tus chicles al contenedor amarillo. ¡Sí! tienen plástico y se puede reciclar.
  • Cambia las pinzas de tender la ropa por unas de madera y no plásticas.
  • Los tuppers puedes usarlos de cristal o de acero.
  • Intenta hacer compras a granel en vez de envasadas.
  • ¿Sustituyes tu ropa normal por una biodegradable? Los peces te lo agradecerán.
  • Recicla, reutiliza y piensa qué tipo consumo eliges.
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En 2016 la Tierra vivió su año más cálido desde que hay registros. Un récord que lejos de celebrarse se debe combatir con esfuerzo y responsabilidad por parte de todos. STOP CAMBIO CLIMÁTICO es un espacio para remover conciencias y ofrecer consejos útiles y fáciles de llevar a cabo para ser respetuosos con el medio ambiente. Toma conciencia de la importancia que tiene cuidar nuestro planeta y nuestros recursos naturales.