La hora del planeta
Una acción global que se celebra desde que se crea la iniciativa en Sidney hace ya 11 años. La hora del planeta es un pequeño gesto mediante el que tratamos de llamar la atención sobre el cambio climático y sus consecuencias sobre nuestro planeta. El objetivo es concienciar sobre todo el daño que le hacemos con nuestro estilo de vida actual.
Y es que hemos llegado a puntos donde ya no recordamos lo bonito que resulta mirar las estrellas. Precisamente, en Estados Unidos durante esta semana se celebra la National Dark-Sky Week, dedicado a apagar las luces de las casas para poder observar el cielo nocturno.
¿Hemos olvidado de verdad cómo se disfruta de la naturaleza? Lo gratificante que es poder salir, caminar, respirar aire puro y ver el cielo, estudiar animales y plantas, bañarse en ríos y lagos en los que todavía quedan peces que te hacen cosquillas entre los pies, buscar fósiles, plantar árboles…
Podríamos hacer una lista infinita de cosas maravillosas que hacer en la naturaleza. El problema no es tanto que nos hayamos olvidado de ellas, sino que no nos damos cuenta del impacto que tiene cada vez que al entrar en casa encendemos la luz. Un gesto simple, ese gesto que expresa el avance de nuestra civilización transformado en comodidad, que quizá demuestra que debemos utilizar de manera eficiente la energía.
Quizá solo sea un gesto, quizá sea un trastorno apagar nuestra comodidad durante una hora, quizá lo que deberíamos es aprovechar ese tiempo para salir a pasear lejos, mientras vemos como una parte de la ciudad se apaga, aunque solo sea un acto simbólico.
Sea como sea, las playas las llenan granitos de arena, que por sí mismos y por separado no serían nada. Igual que tenemos parte de responsabilidad en el cambio climático con cada uno de nuestros gestos de consumo, seamos conscientes y démosle a la tierra un respiro. Apágate un ratito y respira hondo. No cuesta nada.